Neurología
El ejercicio potencia la memoria a largo plazo
Los hallazgos sugieren que la práctica recreativa realizada 4 horas después de una sesión de estudio, puede mejorar la retención asociativa, modulando la consistencia de la actividad a nivel del hipocampo.
La memoria persistente a largo plazo depende de la estabilización y la integración exitosa de nuevos recuerdos después de la codificación inicial. Actualmente se plantea que este proceso de consolidación requiere de neuromoduladores como la dopamina, noradrenalina, y del factor neurotrófico derivado del cerebro. Sin la liberación de esos componentes durante el período de codificación, los recuerdos decaen rápidamente. Estudios recientes han demostrado que el ejercicio físico estimula agudamente la liberación de diversos factores que promueven tal consolidación en los seres humanos, planteando la interrogante de si la actividad recreacional puede ser utilizada para mejorar la retención de la memoria.
Eelco V. van Dongen y colegas de la Universidad de Radboud, en Nijmegen, Países Bajos, utilizaron una sola sesión de entrenamiento físico después de una fase de aprendizaje para impulsar de forma exógena la consolidación de la memoria y por lo tanto, su capacidad a largo plazo. Tres grupos de participantes asignados al azar, codificaron inicialmente un conjunto de asociaciones de ubicaciones de imágenes. Posteriormente, un grupo realizó ejercicios inmediatamente tras las pruebas de memoria, el otro, 4 horas más tarde, y el tercero no llevó a cabo ningún tipo de actividad.
Los resultados se evaluaron 48 horas más tarde, donde los participantes regresaron para una prueba de memoria cifrada en un escáner de resonancia magnética y mediante esta técnica se analizó el impacto del ejercicio agudo en la consolidación y el procesamiento neuronal relacionado con la recuperación de recuerdos. Los autores observaron que la realización de deporte con un desfase de 4 horas, pero no inmediatamente después de la sesión de descifrado de imágenes, potencia la retención de las asociaciones de localización de figuras, en comparación con los controles sin ejercicio. Por otra parte, el entrenamiento físico efectuado después de un retraso se vinculó con una mayor actividad de patrones de similitudes en el hipocampo, reflejando un mejor procesamiento neural.
En síntesis, los resultados sugieren que el ejercicio físico debidamente programado puede mejorar la memoria a largo plazo y poner de relieve su potencial como una intervención en centros educativos y clínicos.
